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R O M A - la ciudad (y la pasta) eterna 🍝

  • Foto del escritor: Laura Reyes Pradas
    Laura Reyes Pradas
  • 24 jun 2020
  • 7 Min. de lectura



Ahora que la cuarentena parece cosa del pasado, ahora que las fases ya no hay que pasarlas, ahora que los días ya no tienen mil horas; es ahora cuando ya no hay tiempo para nada. Lo mejor de las despedidas siempre serán los reencuentros, y por eso estos días estoy desaparecida, y la cocina ya pregunta por mí.


Los antojos son así, te apetecen y punto, y como cuando esta receta apareció todavía no se podía ir a los restaurantes, mi hermana y yo decidimos recrear estos ravioli de pera y gorgonzola que habíamos probado en San Tommaso 🍝.


Siempre he querido hacer pasta desde cero, nunca lo había intentado, pero esta cuarentena ha dado mucho de sí. Un domingo por la mañana mi hermana y yo nos pusimos manos a la masa. No es nada difícil, no se necesita nada, hasta me sorprendió lo bonitos que quedan sin necesidad de máquinas o moldes.


Antes de ponernos manos a la masa, vamos con un poquito de historia sobre esta delicia italiana.


  • Originarios de Italia 🇮🇹, antiguamente los ravioles (ravioli en plural) se acompañaban de caldo, pero desde el s. XVI se sirven con salsas de tomate y derivados. Los rellenos tradicionales van desde los de queso ricotta hasta carnes y fiambres, pero cada región tiene su forma y relleno característicos.

  • Sobre el origen de su nombre hay muchas versiones. Unas dicen que proviene del latín rabiole, que significa delicia. Otros que viene del inglés ravel (enredo) mezclado con el italiano avvolge (abrigo), por lo que podría significar abrigo envuelto. Otras dicen que al principio el ravioli puede que fuera nombrado tortelli, ya que aparece en un libro de cocina antiguo una receta de tortas que servían como recipiente para rellenos de carne; más tarde los cocineros italianos se influenciarían de este libro, haciendo versiones más pequeñas de estas tortas. Las personas al comerlos encontraban que era una delicia y al interior le llamaban raviolo.

  • Hay algunas que dicen que los ravioli son autóctonos de Italia; otros que fueron importados por Marco Polo desde China, imitando a los wonton.

  • Antiguamente se comían los domingos, incluso se hablaba de raviolada.

  • A partir del s. XX se popularizó el ravioli y los rellenos y formas comenzaron a variar. Cada región italiana adquirió su forma y relleno típicos. Por aquí os dejo algunos:


Fuente: EcuRed

Agnolotti: de la zona de Piamonte. Son cuadrados (a) o circulares (b) o doblados por la mitad para un semicírculo (c) o rectángulo. Si al agnolotti doblado se le aplican pliegues se llama al plin (e).


Anolini: de la zona de Parma y Piacenza. Son generalmente redondos o con forma de ¾ de círculo (d).

Casoncelli: de Lombardía, significa pequeño estuche. En forma de semicírculo (c) o de forma de envoltorio de dulce (caramelli).


Cappelletti: de Emilia-Romagna, significa capuchas o sombreros son masas cuadradas rellenas, plegadas y luego pegadas en sus extremos.


Fagottini o Sachetti: de varias zonas, es una forma más moderna y actual. Significa pequeño saco o bolsa (i).


Pansotti: de la zona de Liguria, tradicionalmente son masas redondas o cuadradas dobladas por la mitad (c – f) significa estómagos o grandes panzas.


Ravioli: de toda Italia, cualquier masa de pasta rellena.


Tortelli: del norte de Italia, son popularmente cuadrados (b) y también redondos (a – c).


A nosotras, la verdad, nos salieron muy buenos, el resultado está un poco a caballo entre la receta y la invención 😂🙈. Por aquí os dejo los ingredientes y el paso a paso:




R A V I O L I D E P E R A Y G O R G O N Z O L A


Ingredientes

  • 200 gr. harina de trigo

  • 2 huevos

  • 1 cucharada de AOVE

  • 1 pizca sal

  • 1 pera conferencia

  • 200 gr. queso gorgonzola

  • 250 ml. nata líquida

  • 1 pizca pimienta blanca

  • 1 pizca nuez moscada

  • nueces y pistachos picados

Elaboración

  1. Para la masa, mezclar la harina con los huevos, el AOVE y la sal. Hacer una bola con la masa y dejar reposar tapada con film unos 30 minutos.

  2. Para el relleno, pelar la pera y procesar junto al queso. Reservar.

  3. Para la salsa, cocinar la nata junto a la pimienta y la nuez moscada, cuando lleve 7 min añadir las nueces y terminar de cocinar.

  4. Colocar la masa sobre una superficie enharinada, extender con un rodillo y cortar formas. Añadir el relleno, poner otra forma encima y cerrar con un tenedor. Hervir 10-12 min.

  5. Servir con la salsa y los pistachos y nueces por encima. A disfrutar !!



Guiándonos un poco por el paladar, casi podemos imaginarnos sentados en una terraza de la Piazza Navona, contemplando sus majestuosas fuentes y escuchando como los locales cantan en sus conversaciones en italiano.


Roma es LA ciudad por excelencia. Como ya sabemos “todos los caminos llevan a Roma…” Por lo que a mí respecta, el mío se cruzó con la capital italiana el año que acabé la secundaria, allá por el 2013. Cuando mis padres me dijeron que nos íbamos de vacaciones a Roma, lloré, sí sí, lloré. La niña que había visto la Fontana di Trevi en Lizzie Superstar y había recorrida sus calles a través de A tres metros sobre el cielo, pues me diréis, yo me moría de ganas de ir.


Seré sincera, mis recuerdos de las ciudades que visito tienen mucho que ver también con el momento en que me encuentre, por eso me encantan algunas ciudades sin razón, simplemente por el primer recuerdo que me dejaron. Roma no me gustó cuando la visité. Me pareció llena de gente, con un calor sofocante, la Fontana a penas podías verla entre tanta espalda y tanto brazo en alto, el Vaticano te sacaba el dinero por entrar y a parte, si llevabas pantalones cortos o tirantes, te tocaba comprarte pañuelos para “tapar tus vergüenzas”. Yo tenía 15 años, mi hermana 11, y veníamos de un colegio de monjas…


Pero bueno, como os he dicho, no soy muy objetiva, mi error fue ir a Roma con las expectativas por las nubes, y la caída fue histórica, como sus calles. De todas formas, y gracias a “la madurez” y al paso de los años, sobretodo esto (la distancia hace que todo parezca más bonito, los recuerdos malos se disipan), guardo un muy buen recuerdo de la capital italiana, con su historia adueñándose de ti en cada esquina, el olor a pizza saliendo de los hornos de leña y los carteles luminosos que anuncian helados.


Así que ya vale de tanto recuerdo, y vamos con lo que yo hice, lo que más me gustó y a lo que sin duda regresaría:

  1. Mi favorito de todo el viaje fue la vista de la Piazza del Popolo desde lo alto de la terrazza del Pincio. Sin duda no tiene desperdicio, se ve lo más importante de Roma desde ahí, y la plaza es preciosa, desde arriba y desde abajo.

  2. Lo siguiente son las escaleras de Piazza Spagna (obvio). Llegando a ella a través de Via dei Condotti es la mejor forma, ya que puedes admirar su esplendor desde lejos, y esta calle está a rebosar de tiendas y restaurantes.

  3. El Campo dei Fiori es para mi una recomendación imprescindible, es un mercado. En esta plaza, todos los días, a escepcion de los domingos, se celebra su famoso mercado, característicos sobretodo por productos frescos y flores, que le dan su nombre.

  4. Otra de las cosas que más me gustó de Roma fue el monumento a Vittorio Emanuele II. Construido en honor al primer rey de Italia, no fue muy bien visto por algunos sectores de la población, poniéndole incluso el apelativo de máquina de escribir, aunque para mí siempre va a ser el pastel recubierto de nata.

  5. La Piazza Navona, sobretodo porque es la que más visité, al estar a una calle del apartamento donde nos quedábamos. Hay una heladería/pastelería (que ahora mismo me es imposible poner nombre) que vende unos tartufos* que HAY QUE PROBAR.

  6. El Coliseo y la Fontana di Trevi no los quiero ni nombrar, porque lo hacen ellos solos. Solo diré, Lizzie Superstar (2003) y Gladiator (2000).

  7. Por último, os voy a recomendar el mejor restaurante que pisé en Roma, Cantina & Cucina (Via del Governo Vecchio, 87). Esta pequeña cantina detrás de la Piazza Navona es de lo mejor que encontraréis en la ciudad por una precio más que razonable. El interior parece sacado de La Dolce Vita, nada más sentarte te ponen sobre la mesa, y en una bolsa de papel, un pan recién horneado, con especias, como si acabaras de comprarlo. Todo está buenísimo y tienen carta en español que guardan en una nevera antigua que no funciona. Yo os recomiendo el tiramisú.


*tartufo: postre de origen italiano elaborado con crema batida de chocolate blanco y negro, bizcocho de chocolate y recubierto de ganache.




Y después del tostón anterior, para acabar de forma ligerita, como un chupito de limoncello, por aquí van las últimas curiosidades de la ciudad eterna.

  1. Los romanos solían limpiar sus indumentarias con orina, ya que contiene amoniaco! Incluso la utilizaban como blanqueador de dientes.

  2. Aunque lo que más conocemos son los espectáculos de gladiadores, había otro entretenimiento muy popular en la ciudad, las ‘Naumachie’. Éstas eran representaciones de batallas navales, para las cuales inundaban de agua las plazas.

  3. Para beber en las más de 2000 fuentes que encontrarás repartidas por la ciudad (y con agua fría incluso en julio), no tienes que agacharte, si no tapar el caño para que el agua te salga propulsada hacia arriba por un agujerito.

  4. El Campo dei Fiori, tan alegre y colorido en la actualidad, era en el pasado el centro de ejecuciones públicas.

  5. En Italia el número 17 trae mala suerte, porque en números romanos XVII correspondía al anagrama de la palabra VIXI (he vivido).

  6. En Roma hay más de 900 iglesias.

  7. El dinero que se recoge de la Fontana di Trevi se entrega a Caritas.

  8. Giolitti es la heladería más antigua de la ciudad, abierta desde 1890. Se ha convertido en la proveedora oficial del Vaticano, incluso crearon el sabor marron glacé para el papa Juan Pablo II.

  9. Para rodar la escena de la fuente en La Dolce Vita, Mastroianni tuvo que beberse una botella de vodka y ponerse un neopreno bajo el traje, ya que era marzo y la única forma de que el actor no tiritara.

  10. El uniforme de la Guardia Suiza Pontifica fue diseñado por Miguel Ángel, y para poder ser parte de esta tienes que cumplir los requisitos de ser católico, soltero y tener en 19 y 30 años.

  11. El Café. Se dice que los romanos hacen el mejor café del mundo. Por la mañana se lleva el espresso, como su propio nombre indica, se toma rápido, con apenas un movimiento de muñeca. La otra opción es el cappuccino, bautizado así debido a su color aclarado por la leche, que recuerda al del hábito de los capuchinos. El Antico Caffè Greco es el café más antiguo y literario de Roma.




Y el viaje de hoy hasta aquí 🚦 Espero que os haya gustado y que aunque no vayamos a movernos mucho este verano, no perdamos las ganas de descubrir sitios nuevos, aunque sea desde el sofá de casa.


See you soon 👐 Live simple, dream big ✌


L. 👣☂



 
 
 

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